Slawomir Mrozek
El
futuro es un enigma, pero ¿para qué están los augurios? Los antiguos vaticinaban
por el vuelo de las aves y de este modo llegaban a saber lo que les esperaba. Incluso
yo mismo puedo vaticinar mi futuro.
Fui al parque, donde pájaros no faltan. Algunos
volaban, otros estaban posados en los árboles, otros merodeaban por el césped. A
mí me interesaban sólo los voladores. Alcé la cabeza y empecé a observarlos. No
llevaba esperando mucho cuando sentí en la calva un ¡plaf! y mi futuro se me hizo
simbólicamente claro.
He averiguado una sola cosa acerca del futuro:
no vaticinar nunca por el vuelo de las aves sin un buen sombrero.
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