sábado, 16 de agosto de 2025

Un cuento de amor

Marcial Fernández

 

Rudolf, con la cabeza levantada y reclinado en su cadencioso cuerpo, la miraba con sus profundos ojos verdes. Ella, esbelta y apetitosa, bailaba enfrente y en torno a Rudolf apenas sin tocar el suelo. Él –es de suponerse– estaba en posición de ataque, con esa nerviosidad serena que siempre le fue tan característica. Ella, seductora, como si no se diera cuenta de la situación, seguía exhibiéndose alegre y provocativa. Rudolf, entonces, de un solo movimiento atrapó entre sus fauces gatunas a la mariposa, y, de dos mordidas, se la comió.

 

(Tomado de www.ficticia.com)

 

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