Adrián Ramos Alba
Todos los días a la misma hora, Milagros daba a
luz un cadáver. Los médicos se contradecían en sus diagnósticos y las
funerarias de la ciudad hacían el agosto. Muy pronto el cementerio se quedó
pequeño y tuvieron que enviar a los recién fallecidos a otras ciudades
colindantes. Con el paso del tiempo no quedó lugar para los vivos.
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