Carmen Martínez Téllez
Esa última vez, una despedida con rabia, yo deseaba, a horcajadas,
sentirte profundamente y prolongué cada embestida, para que quedara impresa en
tus sentidos; yo necesitaba que me tocaras, que besaras mis senos, que me
llevaras al placer multiorgásmico. Y te sentí, muy dentro, percibí cómo tu
líquido seminal inundaba mi cavidad y cuando gritaste y te estremeciste, me
llevaste al máximo placer. Ya vencidos, quebrantados sobre la cama, te vi y
supe que nunca más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario