Enrique Anderson Imbert
Verano de 1116. Casa
del canónigo Fulbert, en París.
Pierre
Abélard ve acercarse a Héloïse. Va a abrazarla pero ella lo detiene diciéndole:
–No
te equivoques. Solo soy la imagen que llevas en tu corazón.
Abélard
replica:
–Según
eso, yo seré la imagen que Héloïse lleva de mí en su corazón. Da lo mismo,
pues.
Y
las imágenes se tendieron sobre la alfombra y se juntaron.
(Tomado
de www.ciudadseva.com)
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