Vladimir Nabokov
Madame
Lacour fue asesinada en Arles, al sur de Francia, a fines del siglo pasado. Un
hombre desconocido con barba, que, según se conjeturó después, podría haber
sido un amante secreto de la dama, se dirigió a ella en una calle atestada de
gente, al poco tiempo de su casamiento con el coronel Lacour, y le dio tres
puñaladas mortales en la espalda; mientras tanto, el coronel, una especie de
pequeño bulldog, se colgaba del brazo del asesino. Por una coincidencia
milagrosa, en el instante mismo en que el asesino se libraba de las mandíbulas
del enfurecido esposo (mientras varios curiosos cerraban círculo en torno al
grupo), a un italiano medio chiflado, que vivía en la casa más cercana al lugar
donde se desarrollaba la escena, le estalló accidentalmente una bomba que
estaba preparando, y al instante la calle se convirtió en un pandemónium de
humo, ladrillos que volaban y gente que corría. La explosión no hirió a nadie
(aunque puso fuera de combate al coronel Lacour), y el vengativo amante de la
dama huyó entre la multitud, y vivió tranquilamente el resto de sus días.
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