Antonio Montero A.
El patriarca ordenó: ¡Que los
fusilen a todos en nombre del pueblo! Y los soldados fusilaron a los hombres.
Entonces las
mujeres gritaron: ¡Eran nuestros hombres y nuestros hijos esos que fusilaste!
Y el patriarca
ordenó: ¡Que las fusilen a todas en nombre del pueblo!
Y los soldados
fusilaron a las mujeres.
El pueblo
entero gritó entonces: ¡Que fusilen al pueblo en nombre del pueblo!
Y los soldados
fusilaron al pueblo. Pero como los soldados también eran pueblo se fusilaron entre
ellos.
Entonces el
patriarca se retiró a escribir sus memorias a la solitaria e inexpugnable fortaleza.
Pero también contrató los servicios de un extranjero erudito y muy famoso para que
narrara la epopeya del pueblo. En nombre del pueblo.
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