Silvia Lailson
No
sabía el significado de “rapidín” hasta que me topé con un intruso. Mejor
dicho, intrusa. Estaba un día pensando: “Qué
agradable mañana, sin hacer nada”, cuando recordé a mi
novio ausente. Por asociación,
se me ocurrió meter mano en la entrepierna y con eso, todo fue comenzar y ya ni
Dios
me pudo parar: frotar, calor, mucho
calor, humedad por todo el cuerpo; una sensación
indescriptible (por eso no puedo
ahondar en ello). Y de repente… oí a lo lejos unos pasos
que se acercaban y pensé: “¡Madre mía!”, y ella se acercó peligrosamente a mi
cuarto. Por suerte, tuvo a bien tocar la puerta y gritar: “¡El desayuno está listo, traje tamales del tianguis!”
Yo contesté, sin aliento: “¡Voy rauda y sin dilación!”, y en ese exacto momento comprendí
el concepto de “rapidín”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario