Antonio Ballesteros
He rebobinado decenas de
veces la grabación de la cámara de vigilancia del cajero automático. He
congelado la imagen innumerables ocasiones para escudriñar al detalle la
expresión de su rostro. He hablado con quienes le trataron en su juventud y con
los testigos de sus últimos días. Y, sobre todo, he reflexionado de forma
obsesiva sobre sus minutos finales, los recogidos en la grabación.
(Tomado
de www.tallermecontasunahistoriadale.blogspot.com)
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