Alfonso Reyes
¿Qué
me pasa? Ya he hablado de cierta catástrofe cósmica que nos amenaza desde el
fondo del universo (“La Catástrofe”, Ancorajes, fragmento de 1937). Pues sucede
que alguna distante e ignorada catástrofe repercute en este cofrecito
vibratorio del corazón. Muchas veces no sabemos qué rara inquietud nos traviesa
de parte a parte, como un dolor inesperado o un malestar que llega a ser físico
y corpóreo. A lo mejor es que ha reventado un cometa, que ha estallado una
nebulosa, que un viento de energías etéreas se ha desatado a varios millones de
años-luz, y ahora está llegando a nuestra casa, como esas nubes radiantes que
no visitan. No puede extinguirse una estrella sin que lo paguemos, aún sin
merecerlo. Vivimos y morimos asaetados de oscuras flechas. Hay unos arqueros en
las sombras que nos tienen sitiados.
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