Fernán Caballero
Había un padre y una
madre que tenían una hija de quince años, y se la llevó una bruja; la llevó
donde había otras, y la metieron en un baño de aromas, y le dijeron que la iban
a llevar con ellas, y que vería cosas muy hermosas, y tendría mucho poder; pero
para eso era preciso que dijese lo mismo que decían ellas:
En
vida, en vida,
sin Dios ni Santa María.
Pero
la niña, que era buena cristiana, no quiso decirlo. Entonces empezaron a
pegarle y a pellizcarla para que dijese lo que ellas querían; pero la niña no
cesaba de repetir:
En
vida, en vida,
con Dios y Santa María.
Y
tanto lo repitió, que tuvieron que huir todas, y la niña se volvió en paz y
gracia de Dios a su casa.
No
tiene poder la tentación con quien persevera firme en el bien y en el deber.
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