sábado, 26 de noviembre de 2022

El astrónomo

Rabindranath Tagore

 

–¡Oh, si pudiéramos coger la luna, al anochecer, cuando es completamente redonda y se engancha en las ramas del cadabo! –no dije más que eso.

Pero Dadá, mi hermano mayor, se burló de mí:

–No he conocido a nadie tan tonto como tú. La luna está muy lejos, ¿cómo podríamos cogerla?

Yo dije:

–¡El tonto eres tú, Dadá! Cuando, desde la ventana, Mamá mira cómo jugamos en el patio y nos sonríe, ¿te parece que está muy lejos?

Pero Dadá replicó:

–Pobre ignorante, ¿dónde encontraríamos una red bastante grande para coger la luna?

Yo dije:

–Podrías cogerla perfectamente con las manos.

Dadá se echó a reír y me dijo:

–¡Nunca vi un niño tan simple! ¡Si la luna se acercara, ya me dirías tú si es grande o no!

Yo dije:

–Dadá, ¡qué barbaridades te enseñan en la escuela! Cuando Mamá se inclina para besarnos, ¿te parece que su cara es muy grande?

Pero Dadá repite:

–Eres un pobre tonto.

 

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