Karla Barajas
“La muerte te ronda. Cuídate
del alacrán”, dijo la adivina y curandera de San Cayetano y él pensó en su compadre
Juan Abarca, “el ponzoñoso”. Cruzábamos por el desierto de Arizona y murmuró que
no lo matarían las temperaturas altas, sería ese, su compadre.
–¿Qué se trae
conmigo? –reclamó el Juan Abarca empujándole el hombro, su mochila cayó al suelo.
–¡Usté
me envidia –reclamó colocándose la mochila de nuevo. Fue cuando el alacrán le enterró
su cola en el pecho y él se revolcó del dolor, íbamos a ayudarlo, pero su compadre
gritó: “¡Nos va a agarrar la Migra, apúrense!”… Obedecimos. Cuánta razón tenía la
adivina.
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