Max Aub
Algún día
los hombres descubrirán que el sueño vino después. Dios no duerme, ni Adán
dormía. Los infusorios no duermen, ni el diplodoco podía. El elefante duerme
dos horas y el perro todas las que puede. No digo más. El hombre duerme para
olvidar sus pecados; cada día más, a medida que ha conquistado la noche. No
digo más. Los muertos no duermen. Yo, tampoco. Al que duerme, matarlo.
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