Slawomir Mrozek
A
Isabel, reina de Inglaterra:
El abajo firmante solicita ser adoptado
por vuestras mercedes.
Actualmente soy huérfano, por lo que tengo
que trabajar cada dos por tres. Debo aclarar que he terminado la escolaridad –dieciséis
años de escuela primaria, dos por curso– y también el servicio militar. O sea,
que no tendrían ustedes que ocuparse de mi instrucción y les sería muy útil,
porque podría cuidar de sus otros hijos, mis queridos hermanitos y hermanitas.
Estoy sano, a excepción de los días uno y
quince de cada mes y de los domingos por la mañana en que me duele la cabeza. Y
me falta un diente por culpa de una bronca con un compañero, pero en general
estoy fuerte, especialmente de piernas. Tengo un carácter alegre. Me gusta
cantar y me sé muchos chistes, por ejemplo, el de la viuda y el deshollinador o
el de aquel que estaba en cuclillas. Se los contaré con mucho gusto, pero
únicamente si les apetece. Soy un muchacho obediente. Se me puede dejar en casa
con la criada o incluso solo, no necesito ayuda para afeitarme y nunca me duele
la tripa. Por lo que se refiere a la educación sexual, se ahorrarán el mal
trago, porque ya estoy iniciado. Llegado el momento, podría añadir algún
detalle sobre el tema si viniera a cuento. Soy práctico y puedo hacer buen
servicio en casa: arreglar un grifo, sacarle brillo a la corona, descargar el
carbón para el invierno; sé hacer de todo, y así no tendrían ustedes que llamar
a gente de fuera. Barato y de confianza. Domino el inglés. Cuando en el cine
echan una película en inglés, leo los subtítulos en voz alta y lo entiendo
todo, especialmente si es de indios y vaqueros.
Sin más que añadir, quedo a disposición de
Su Majestad para cualquier aclaración. Estoy siempre junto al quiosco de
cerveza, pero si por alguna razón no me encontrara allí, déjele el recado a mi
amiga que trabaja en la esquina. Recuerdos para papá.
Un respetuoso saludo,
EL PRINCIPITO
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