Queta Navagómez
Tés de canela con miel y limón, cataplasmas de tomate asado alrededor del
cuello, terramicina, inyecciones de penicilina, extracto de propoleo, traguitos
de tequila, gárgaras con bicarbonato… Ni remedios caseros ni medicinas de patente:
nada le quita la sensación de ardor, de quemadura que crece y palpita en su garganta.
El pequeño dragón se desespera.
No hay comentarios:
Publicar un comentario