Harold Kremer
Otra
vez aquí –dijo la abuela–. Ven.
Cada vez que soñaba, la abuela me llevaba por
la casa, señalaba las puertas de los cuartos y decía:
Aquí vive tu bisabuelo, aquí tu hermano José,
aquí Salvico, aquí… Y así, en cada sueño, la casa crecía con los cuartos de mis
antepasados.
Alguna vez pregunté por uno de los nombres
y la abuela me dijo:
Es el bisabuelo de tu abuelo.
Esta noche recorrimos la casa entera, repasamos
los nombres y llegamos a un cuarto nuevo. Miré a la abuela. Me dijo:
Este es tu cuarto.
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