Max Aub
Pueden ustedes preguntarlo en la Sociedad de Ajedrez
de Mexicali, en el Casino de Hermosillo, en la Casa de Sonora: yo soy, yo era, muchísimo
mejor jugador de ajedrez que él. No había comparación posible. Y me ganó cinco partidas
seguidas. No sé si dan ustedes cuenta. ¡Él, un jugador de clase C! Al mate, cogí
un alfil y se lo clavé, dicen que en el ojo. El auténtico mate del pastor…
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