George Loring Frost
Al caer la tarde, dos desconocidos se encuentran en los oscuros corredores
de una galería de cuadros. Con un ligero escalofrío, uno de ellos dijo:
–Este lugar es siniestro. ¿Usted cree en fantasmas?
–Yo no –respondió el otro–. ¿Y usted?
–Yo sí –dijo el primero, y desapareció.
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