Alfonso Reyes
Y
en este punto, es fácil que piense de Inglaterra lo que de la educación de su
hijo pensaba la viuda de Shelley:
–Lo llevaremos –le decía un amigo en
cierta ocasión– a una escuela donde le enseñen a conducirse de acuerdo con sus
propias ideas.
–No, gracias –repuso al instante la viuda–.
Así fue educado su padre. Pero yo para mi hijo preferiría una escuela donde lo
enseñaran a conducirse de acuerdo con las ideas de los demás.
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