Alfonso Reyes
El
chivo padre va a beber y, al verse reflejado en el charco:
–¡Que presencia de animal! –exclama–. ¡Qué
barbas venerables! ¡Qué cornamenta más ornamental! ¡Qué continente tan
respetable y grave! ¡Y todavía pretenden que el león es el rey de los
animales!…
Un gruñido a su espalda y una voz que
dice:
–¿Qué estás ahí murmurando, hermano
chivito?
Disimulando su pavor, el chivo replica:
–No hagas caso, hermano leoncito: ya sabes
que los cabrones somos muy habladores.
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