Heinrich von Kleist
Un
día le preguntaron a Diógenes dónde quería que lo enterrasen al morir.
–Quiero que me dejen tirado en el campo –respondió.
–¡Cómo! –intervino alguien presente–.
¿Quieres que te devoren los pájaros y los animales salvajes?
–Que me dejen con mi bastón, así podré
ahuyentarlos.
–¡Ahuyentarlos! –exclamó otra persona–. Si
estás muerto, no sentirás nada.
–Entonces –dijo Diógenes–, qué importa que
los pájaros me devoren.
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