miércoles, 17 de abril de 2024

Cuaderno

Elías Moro

 

Como cada noche, ya está aquí de nuevo mi torturador. Aunque a primera vista, y dado su aspecto inocente, nadie lo diría, os puedo asegurar que es un sádico redomado.

Ahora está desenroscando lentamente su instrumento preferido, el que me hace temblar nada más verlo. No es el único, por supuesto, pero es con este con el que con más frecuencia y rigor ejercita sobre mí con lacerante torpeza lo que él denomina, sin empacho ni remordimiento de conciencia algunos, “mi secreta vocación”.

¡He visto a tantos de mis hermanos sufrir espantosamente bajo su crueldad!

Cuando acabe conmigo, lo sé, estaré lleno de sangre negra, de palabras muertas.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario