Claudio de Castro
Este genio ha de ser un tonto, me dije un día. Todo lo que le pido, me lo
da al revés. Estaba cansado de sus impertinencias y decidí deshacerme de él. Sabía
que no sería fácil, por eso estudié con cuidado lo que haría.
Para que no hubiese equívocos, daría una orden directa,
fácil de cumplir. Tomé el frasco antiguo de donde salió, le señalé la entrada con
mi índice y ordené: entra aquí.
Y entró en mi dedo. Desde entonces sufro de esta inflamación
bajo la uña, que me atormenta día y noche.
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