Guillermo Saccomanno
En
la noche del centro, la multitud. Banderas, bocinas, cánticos. En una esquina,
se encuentran dos hombres. Dos años sin verse. Los dos cambiados. Estás igual,
se mienten. Lo que compartieron, se acuerdan. No necesitan decírselo. Los dos
piensan que el otro había sido chupado. Tampoco lo dicen. Alrededor, la fiesta
popular. La emoción de los dos, la misma. Dura poco. Si los dos están vivos, el
otro puede ser un delator. Los dos, apurados, vuelven a perderse en la
multitud. Ninguno imagina que el otro se salvó de milagro. Los dos, ahora, cada
uno por su lado, se dan vuelta para ver si el otro lo sigue.
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