Manuel Pastrana Lozano
Cuando
Pinocho se incorporó esa noche como nuevo integrante del Club de la Unión de los
Mentirosos, fue recibido con una ovación y reiterados aplausos, como si hubiese
sido el mismísimo hijo pródigo. Nadie se sorprendió por el tamaño de su nariz, todos
los anfitriones las tenían igual de largas.
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