Mario Benedetti
Dijo el tío Rolando que esta ciudad se está
poniendo imbancable de tanta polución que tiene. Yo no dije nada para no quedar
como burra pero de toda la frase sólo entendí la palabra ciudad. Después fui al
diccionario y busqué la palabra imbancable y no está. El domingo, cuando fui a
visitar al abuelo le pregunté qué quería decir imbancable y él se rio y me
explicó con buenos modos que quería decir insoportable. Ahí sí comprendí el
significado porque Graciela, o sea mi mami, me dice algunas veces, o más bien
casi todos los días, por favor Beatriz por favor a veces te pones
verdaderamente insoportable. Precisamente ese mismo domingo a la tarde me lo
dijo, aunque esta vez repitió tres veces por favor por favor por favor Beatriz
a veces te pones verdaderamente insoportable, y yo muy serena, habrás querido
decir que estoy imbancable, y a ella le hizo gracia, aunque no demasiada pero
me quitó la penitencia y eso fue muy importante. La otra palabra, polución, es
bastante más difícil. Esa sí está en el diccionario. Dice, polución: efusión de
semen. Qué será efusión y qué será semen. Busqué efusión y dice: derramamiento
de un líquido. También me fijé en semen y dice: semilla, simiente, líquido que
sirve para la reproducción. O sea que lo que dijo el tío Rolando quiere decir
esto: esta ciudad se está poniendo insoportable de tanto derramamiento de
semen. Tampoco entendí, así que la primera vez que me encontré con Rosita mi
amiga, le dije mi grave problema y todo lo que decía el diccionario. Y ella:
tengo la impresión de que semen es una palabra sensual, pero no sé qué quiere
decir. Entonces me prometió que lo consultaría con su prima Sandra, porque es
mayor y en su escuela dan clase de educación sensual. El jueves vino a verme
muy misteriosa, yo la conozco bien cuando tiene un misterio se le arruga la
nariz, y como en la casa estaba Graciela, esperó con muchísima paciencia que se
fuera a la cocina a preparar las milanesas, para decirme, ya averigüé, semen es
una cosa que tienen los hombres grandes, no los niños, y yo, entonces nosotras
todavía no tenemos semen, y ella, no seas bruta, ni ahora ni nunca, semen sólo
tienen los hombres cuando son viejos como mi padre o tu papi el que está preso,
las niñas no tenemos semen ni siquiera cuando seamos abuelas, y yo, qué raro
eh, y ella, Sandra dice que todos los niños y las niñas venimos del semen
porque este líquido tiene bichitos que se llaman espermatozoides y Sandra
estaba contenta porque en la clase había aprendido que espermatozoide se
escribe con zeta. Cuando se fue Rosita yo me quedé pensando y me pareció que el
tío Rolando quizá había querido decir que la ciudad estaba insoportable de
tantos espermatozoides (con zeta) que tenía. Así que fui otra vez a lo del
abuelo, porque él siempre me entiende y me ayuda aunque no exageradamente, y
cuando le conté lo que había dicho tío Rolando y le pregunté si era cierto que
la ciudad estaba poniéndose imbancable porque tenía muchos espermatozoides, al
abuelo le vino una risa tan grande que casi se ahoga y tuve que traerle un vaso
de agua y se puso bien colorado y a mí me dio miedo de que le diera un patatús
y conmigo solita en una situación tan espantosa. Por suerte de a poco se fue
calmando y cuando pudo hablar me dijo, entre tos y tos, que lo que tío Rolando
había dicho se refería a la contaminación atmosférica. Yo me sentí más bruta
todavía, pero enseguida él me explicó que la atmósfera era el aire, y como en
esta ciudad hay muchas fábricas y automóviles todo ese humo ensucia el aire o
sea la atmósfera y eso es la maldita polución y no el semen que dice el
diccionario, y no tendríamos que respirarla pero como si no respiramos igualito
nos morimos, no tenemos más remedio que respirar toda esa porquería. Yo le dije
al abuelo que ahora sacaba la cuenta que mi papá tenía entonces una ventajita
allá donde está preso porque en ese lugar no hay muchas fábricas y tampoco hay
muchos automóviles porque los familiares de los presos políticos son pobres y
no tienen automóviles. Y el abuelo dijo que sí, que yo tenía mucha razón, y que
siempre había que encontrarle el lado bueno a las cosas. Entonces yo le di un
beso muy grande y la barba me pinchó más que otras veces y me fui corriendo a
buscar a Rosita y como en su casa estaba la mami de ella que se llama Asunción,
igualito que la capital de Paraguay, esperamos las dos con mucha paciencia
hasta que por fin se fue a regar las plantas y entonces yo muy misteriosa, vas
a decirle de mi parte a tu prima Sandra que ella es mucho más burra que vos y
que yo, porque ahora sí lo averigüé todo y nosotras no venimos del semen sino
de la atmósfera.
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