Édgar Omar Avilés
Dios se
disponía a fulminar a ese hombre que estaba por dispararle al tigre que estaba
por saltar sobre el águila que estaba por clavar su pico en la comadreja que
estaba por desgarrar a la serpiente que estaba por engullir a la rata que
estaba por desentrañar a la tarántula que estaba por envenenar al escarabajo
que estaba por atenazar al gusano que estaba por morder la hoja.
Dios se disponía a fulminar a ese hombre pero,
lleno de pánico, volteó hacia atrás.
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