Alfonso Reyes
Hay muchos modos de
suicidarse. El que yo propongo es el siguiente: suicídese usted mediante el
único método del suicidio filosófico.
–¿Y es?
–Esperando que
le llegue la muerte. Desinterésese un instante, olvídese de su persona, dese
por muerto, considérese como cosa transitoria llamada necesariamente a
extinguirse. En cuanto logre usted posesionarse de este estado de ánimo, todas
las cosas que le afectan pasarán a la categoría de ilusiones intrascendentes, y
usted deseará continuar sus experiencias de la vida por una mera curiosidad
intelectual, seguro como está de que la liberación lo espera. Entonces, con
gran sorpresa suya, comenzará usted a sentir que la vida le divierte en sí
misma, fuera de usted y de sus intereses y sus exigencias personales. Y como
habrá usted hecho en su interior, tabla rasa, cuando le acontezca le parecerá
ganancia y un bien con el que usted ya no contaba. Al cabo de unos cuantos
días, el mundo le sonreirá de tal suerte que ya no deseará usted morir, y
entonces su problema será el contrario.
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