miércoles, 24 de enero de 2024

Amor condicionado

Queta Navagómez

 

Echó mano a todo tipo de argucias para convencerla de que viviera con él. Ella lo pensó nuevamente y al fin aceptó, eso sí, dejando muy claras sus condiciones:

Quiero, le dijo, una casa alegre y soleada que tenga un cuarto de baño amplio y una tina espaciosa. Además, en el patio deberás construir tres albercas: una muy profunda, con fondo de arena y agua de mar, donde crezcan algas, corales, esponjas, ostras… ¡Tú sabes cómo me gusta bucear! Otra de agua tibia y cristalina, con peces de colores y estrellas de mar… La tercera con tortugas, enormes caracolas y piedras en el centro donde tome el sol y cante y me peine mientras espero tu regreso.

Él aceptó gustoso las condiciones.

En respuesta, la linda sirena le tendió los brazos.

 

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