jueves, 11 de enero de 2024

Laboral

Queta Navagómez

 

El cucú de mi reloj de pared está harto de que yo lo explote. Reclama que desde hace más de 10 años, hora tras hora, sin importar si hace calor o frío, si es de día o es de noche, se asoma a marcar el tiempo con su mejor trino. Y por su extenuante trabajo no ha recibido reconocimiento ni remuneración alguna; menos vacaciones, servicios médicos o días económicos. De esto me entero al leer las pancartas con que se ha rodeado. Me angustio, miro su enojo y no sé cómo afrontar su huelga de picos caídos.

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario