martes, 9 de enero de 2024

El faro

Queta Navagómez

 

En medio de la densa oscuridad alguien lo guiaba. Los haces de luz de la potente lámpara de un faro se detenían frente a su pequeña y maltrecha embarcación, mostrándole el camino hacia el puerto. El pescador llevaba días perdido en el mar y aquella luz se volvió su asidero. Detuvo al fin su embarcación en un muelle de maderas podridas y corrió hacia la luminiscencia, con la intención de agradecer a quien lo había salvado. Escaló el faro mientras la luz bienhechora moría lentamente. Al llegar arriba palpó y se dio cuenta de que la lámpara que lo había guiado estaba rota, cubierta por años y años de polvo.

 

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