Queta Navagómez
Es
tan incitante… bostezo, me estiro perezosa mientras se acerca. Conmigo gusta de
actuar rápidamente, así que dejo el sofá y sin preámbulos voy a la cama. Me
acomodo entre almohadas y edredones con los ojos cerrados. Hoy no se me escapa:
esta noche se queda entre mis sábanas. Podrá irse hasta bien entrada la mañana.
Una ambulancia rompe el silencio con un alarido
que desgarra las sombras. Me incorporo sobresaltada. Vivir frente a un hospital
tiene sus inconvenientes. ¡Qué contrariedad! De nuevo el insomnio alargará la
noche; una vez más el sueño me abandona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario