Gabriel de Biurrun
Tome
unas zapatillas deportivas del número 32.
Introduzca algo de arena en su interior.
Inclínese ante el retrete y vacíe allí la arena de
las zapatillas.
Escuche.
Es un ruido de bambú hueco entrechocando, de
Campanilla volando en Guatemala, de balbuceo de flauta, de pompas en los
labios.
Así suenan los recuerdos de un hijo muerto.
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