lunes, 10 de junio de 2024

Las reliquias

Fernando Iwasaki

 

Cuando la madre Angelines murió, las campanas del convento doblaron mientras un delicado perfume se esparcía por todo el claustro desde su celda. “Son las señales de su santidad”, proclamó sobrecogida la madre superiora. “Nuestro tesoro será descubierto y ahora el populacho vendrá en busca de reliquias y el arzobispo nos quitará su divino cuerpo”. Después del santo rosario nos arrodillamos junto a ella. Hasta sus huesos eran dulces.

 

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