Julio Cortázar
Como a veces no puede dormir, en vez de contar corderitos contesta
mentalmente la correspondencia atrasada, porque su mala conciencia tiene tanto
insomnio como él. Las cartas de cortesía, las apasionadas, las intelectuales,
una a una las va contestando a ojos cerrados y con grandes hallazgos de estilo
y vistosos desarrollos que lo complacen por su espontaneidad y eficacia, lo que
naturalmente multiplica el insomnio. Cuando se duerme, toda la correspondencia
ha sido puesta al día.
Por la mañana, claro, está deshecho, y para peor tiene
que sentarse a escribir todas las cartas pensadas por la noche, las cuales
cartas le salen mucho peor, frías o torpes o idiotas, lo que hace que esa noche
tampoco podrá dormir debido al exceso de fatiga, aparte de que entre tanto le
han llegado nuevas cartas de cortesía, apasionadas o intelectuales y que Lucas
en vez de contar corderitos se pone a contestarlas con tal perfección y
elegancia que Madame de Sévigné lo hubiera aborrecido minuciosamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario